Es posiblemente el país más desconocido de Europa, pero al mismo tiempo uno de los que puede deparar más sorpresas al viajero. ¿Quieres descubrir el país? Te vas a sorprender…
La historia de Albania es la historia de Europa, representada aún hoy en testimonios arqueológicos, históricos y culturales de la época griega, romana, bizantina, eslava, veneciana y otomana. Después de la segunda guerra mundial Albania vivió bajo el comunismo uno de los periodos de mayor aislamiento internacional. Tras la caída del régimen se abrió una etapa de apertura a Europa, que busca en dos direcciones acoger a Albania en el seno de la Europa común.

Tirana, la capital de Albania
Presuponer que Albania son solo sus playas y sus montañas, y que Tirana no merece la pena es un error. La capital de Albania bien merece un par de días para visitar con tranquilidad sus museos, su vibrante marcha, y lugares curiosos como la Pirámide o los antiguos bunkers convertidos en espacios culturales.

A menudo asociada con adjetivos como caótica o anárquica, hay que entender que durante décadas, Tirana fue la capital más aislada del planeta. El turismo era ciencia ficción y el simple hecho de que menos del 20% de las calles no tenían ni siquiera nombre, sirve de ejemplo de por qué Tirana es peculiar. La caída del régimen en 1991 supuso salir de una burbuja, o soltarse de una cadena. En los últimos 30 años Albania ha vivido en un tiovivo continuo y el crecimiento urbanístico no ha sido siempre ordenado. La demostración de que soplan nuevos tiempos es que la Unión Europea ha financiado un sistema moderno de direcciones y señalización para poner algo de orden en Tirana. Un grupo de expertos del Ayuntamiento, de la Academia de las Ciencias y del Instituto de la Lengua Albanesa eligieron los nombres de figuras nacionales e internacionales para darle nombre a las calles que no lo tenían.

Envuelta entre colinas, Tirana (en albanés: Tiranë), capital de Albania comienza su historia con con asentamientos del Paleolítico en la Cueva de Pellumbas a las afueras de la ciudad y en la falda del monte Dajt.
La hoy más poblada ciudad de Albania no cobró la importancia que hoy tiene hasta el siglo XX. Los ilirios llamaron al asentamiento Tërana, y de época romana hay algunos trazos como el denominado “Mosaico de Tirana” que probablemente era el pavimento de una villa.
Con respecto al origen del topónimo (que encontramos por primera vez en 1418 en documentos venecianos), una versión se base en que el nombre deriva de la palabra Theranda usado en griego y latín, para a su vez referirse al área conocido en albanés como ” te ranat (‘lo que ha caído’,). Vendría a indicar el suelo y sustrato arrastrados por el agua que desciende la Montaña Dajti . Otra teoría se centra en la palabra Tirkan, el nombre utilizado por el historiador bizantino del siglo VI Prokop para referirse a un castillo, construido por primera vez en el siglo I a. C., en el monte Dajti, y cuyas ruinas aún están allí. Finalmente otros afirman que proviene de tyros, la antigua palabra griega para “lácteos”, siguiendo la hipótesis de que fue en los campos donde los pastores locales se reunieron para comerciar con productos lácteos.
El despegue de Tirana comenzó cuando el gobernante otomano Süleiman Pasha Mulleti (a veces nombrado también como Sulejman Pashe Bargjini) fundó la ciudad en 1614, promoviendo la construcción de una mezquita, el bazar y un hammam (baños turcos). Aprovechando que la ciudad era atravesada en las rutas de caravanas, se produjo un rápido crecimiento comercial. Los artesanos se especializaron en la elaboración de telas de seda algodón, trabajando el cuero, la cerámica, el forjado de hierro, y orfebrería de plata y oro. La producción de aceite y tabaco también era otro motor de la economía local.
En el siglo XIX se alzó una nueva mezquita, Et’hem Bey, en la que participaron los mejores arquitectos y decoradores de la región. Aunque la inició Molla Bey de Petrela, fue su hijo quién la culminó en 1821. A lo largo del siglo, y ya bajo el gobierno de la familia Toptani de Kruja, Tirana vio menguado su desarrollo, aunque a nivel cultural, en 1889, se abrieron escuelas que enseñaban lengua albanesa. Coincidiendo con el auge de los nacionalismos, en 1908 se fundó el club patriótico “Bashkimi” y en 1912 Albania se proclamaba nación independiente. Ocupada de forma temporal durante las Guerras Balcánicas, por las fuerzas serbias, en 1914-15 se sumó a la sublevación de las aldeas dirigida por Haxhi Qamili. Fruto de ello, tras el Congreso de Lushnjë en 1920, Tirana se convirtió en la nueva capital de Albania, trasladándose los edificios gubernamentales, y el centro de gravedad político y económico del país. Uno de los motivos para elegir Tirana como futura capital es que se halla geográficamente en la línea divisoria entre las etnias de los Ghegs del norte y los Tosks al sur.
Curiosamente Tirana debe mucho urbanísticamente hablando a la colaboración del monarca Zog (que reinó Albania desde 1922 a 1920) con el gobierno fascista de Mussolini. Durante esos años, dos de los arquitectos clave en los proyectos del dictador italiano, Florestano de Fausto y Armando Brasini emprendieron un buen número de obras y reformas en la capital albanesa.
El plan fue revisado por el arquitecto albanés Eshref Frashëri, el arquitecto italiano Castellani y los arquitectos austriacos Weiss y Kohler. Fruto de ello se finalizaron el palacio real (Palacio de las Brigadas), el Ayuntamiento, los edificios del ministerio del gobierno y el Banco Nacional. El bulevar Dëshmoret e Kombit (Mártires nacionales) que discurre junto al río Lana, fue inaugurado en 1930 con el nombre de “Bulevar Zogu I.” Ya ocupada por los italianos en 1929, el encargo de continuar la urbanización se hizo a Gherardo Bosio que continuará los planes anteriores y presentara un nuevo proyecto para el área de la actual Plaza Madre Teresa.
Tirana fue liberada de los nazis el 17 de noviembre de 1944. Parte de sus edificios habían sufrido los bombardeos, como la arrasada mezquita Sulejman Pasha de 1614. Tras la derrota del Eje, el partisano Enver Hoxha dirigió Albania hacia un modelo de gobierno cada vez más personalista y cerrado al exterior.
Del período comunista Tirana promovió los estándares funcionales del modelo basado en cemento, derruyendo cualquier rastro religioso, entre ellos la catedral ortodoxa y numerosas mezquitas. No fueron más prósperos los primeros años tras la caída de la dictadura y el fiasco de la primera aventura democrática que acabó con el colapso económico de 1997. Se construyeron muchos edificios sin respeto estético y saltándose la legalidad, lo que afeó la ciudad. En esa época Tirana creció enormemente, al caer la prohibición que impedía mover la residencia.
La llegada del nuevo milenio abrió la esperanza de reconvertir Tirana, y desde entonces se ha transformado aliviando zonas del tráfico, recuperando espacios públicos y convirtiéndolos en parques y procediendo a la transformación de las riberas del río Lana o el Parque Rinia. Otro de los proyectos que ha dado color a la ciudad es el de pintar las fachadas de muchos edificios con colores vistosos.
Tirana se encuentra en el Distrito de Minavo, Provincia de Tirana y se encuentra rodeada la norte por los montes de Kamza, al Este por el Monte Dajt (de 1612 m. de altura), al oeste por las colinas de Vagarr e Yzberisht, y al sur por las colinas de Krrabë y Sauk. La altitud media de Tirana es de 110 metros sobre el nivel del mar (aunque el punto más alto es el Monte Mali Me Gropa de 1828 metros).
Tirana se encuentra en el valle del río Ishëm, a algo más de 30 kilómetros de la costa. Hay dos ríos que atraviesan la ciudad: el Lana y el Tirana. La ciudad también abarca un total de cuatro lagos: el lago Tirana, el Kodër-Kamëz, el Farka y el Tufina. El punto más alto de Tirana mide 1828 m. La ciudad se encuentra en el mismo paralelo que Nápoles, Madrid y Estambul y en el mismo meridiano que Budapest y Cracovia.
Relieve
Este país de 28.748 kilómetros cuadrados es muy montañoso, con alturas generalizadas de más de mil metros. En la zona septentrional se encuentran las estribaciones de los Alpes Dináricos, calizas y areniscas. Su altura máxima es el pico Korab, que llega a los 2 764 metros de altitud y se encuentra en la frontera con Serbia. Las tierras bajas sólo ocupan la séptima parte del país y se reducen a la llanura litoral y a valles muy estrechos.
Ríos, lagos y costas
Los principales lagos del país están en las fronteras con sus países vecinos. En el sudeste están dos lagos de origen tectónico, el Ohrid y el Prespa. Al norte, cerca de la costa mediterránea, se ubica el lago Shkodrës o Shkodër, a cuyas orillas se encuentra la ciudad homónima.
La zona costera tiene aproximadamente 450 km y está situada entre los mares Adriático y Jónico. La costa adriática es recortada, salpicada por golfos y cabos. Ofrece pocos puertos naturales; una excepción es Vlorë en el golfo que lleva su nombre.
Mapa político de Albania
La Plaza Skanderbeg puede considerarse el “centro histórico” de Tirana, entorno a la cual se hallan un gran número de edificios y lugares importantes de la capital albanesa. Su superficie de 40.000 metros actúa tras la peatonalización y aparición de jardines, en un lugar ideal para pasear tranquilamente por la ciudad.
Una ciudad pintada
La mejor manera de embellecer una ciudad son los colores. Por eso el líder socialista Edi Rama, alcalde de Tirana entre 2000 y 2011, y Primer Ministro, emprendió un proyecto para pintar las grises fachadas de la ciudad. Figura de principios humanistas,ex- jugador de la selección nacional de baloncesto, hijo de un escultor, luchador incansable por la democracia ya desde su época como estudiante enfrentado a la dictadura, pintor y profesor de la Academia de Artes, su lavado de imagen, junto a la peatonalización de la plaza Skanderbeg y la promoción de nuevos parques arbolados, fue sin duda un hito en la mejora de Tirana.
Plaza Skanderbeg
Alrededor de la gran plaza Skanderbeg orbitan museos como el de Historia Nacional de Historia, el Palacio de la Cultura (que alberga la Ópera y la Biblioteca Nacional), la Mezquita Eh’tm Bey, monumentos como el del héroe que da nombre a la explanada, el Banco Nacional, el ayuntamiento junto a edificios ministeriales del gobierno de Albania, el Hotel de lujo Tirana International, y la la Torre del Reloj.
Lo que hoy observa el viajero es el resultado de la gran remodelación que vivió la plaza en los años 60. El comunismo, y la declaración de Albania como estado ateo, significó la destrucción de la Catedral de la Iglesia Ortodoxa Autónoma, la mayor de la ciudad, siendo sustituida por el Hotel Internacional. Lo mismo sucedió con la ópera, alzada en el espacio del Bazar Viejo (Pazari i Vjetër). El Museo de Historia Nacional se levantó en lo que en su día era el ayuntamiento, e incluso el Parlamento de Albania de época del rey Zog fue sustituido por el Teatro de las Muñecas (Teatri i Kukullave).
La plaza está presidida por la gran estatua ecuestre de once metros de altura de Skanderberg, héroe nacional para los albaneses, que sustituyó a la del dictador comunista Enver Hoxha y la de Stalin, una vez que el régimen colapsó en 1991. Junto a la estatua un mástil con la bandera de Albania es el faro que ilumina este gran área ganado para los ciudadanos.
Mezquita Eh’tm Bey
La Mezquita Eh’tm Bey es uno de los templos religiosas con mayor antigüedad de Tirana. Construida entre 1789 y 1821, después de la segunda guerra mundial se convirtió en la más importante, rompiendo “el duelo” con la mezquita Sulejman Pasha que había sufrido los rigores de la guerra.
Tanto en Albania como en la República de Macedonia del Norte podemos encontrar mezquitas cuya ornamentación trasciende los motivos geométricos tradicionales. Frescos con flores y elementos de la naturaleza sirven de decoración del interior y el exterior de la Mezquita Eh’tm Bey.
Es una de las escasas mezquitas de Tirana- ocho de las veintiocho que había en 1967-, la mayoría demolidas durante los años de proclamación del ateísmo en Albania. Permaneció cerrada muchos años hasta que con la caída de la dictadura en 1991, una masa de musulmanes entró a la fuerza para romper con la prohibición de credo.
Torre del Reloj
Junto a la mezquita está la Torre del Reloj (Kulla e Sahatit), cuya altura es de 35 metros. Se trata de una antigua torre otomana construida por Haxhi Et’hem Bej en 1821-1822 a la que se añadió un reloj alemán en 1928. Dañada durante la segunda guerra mundial fue reparada en 1946.
La Pirámide de Tirana
Uno de los monumentos megalómanos, herencia de la dictadura es la Pirámide. Fue construida en 1988 tras la muerte Hoxha tres años antes, y bajo la supervisión de su propia hija Prandera Hoxha, arquitecta que dejó numerosas obras de cuestionable gusto estético por toda Albania. De hecho el estilo futurista de la década de los ochenta se adoptó en numerosos edificios de países de la órbita soviética. En Bratislava (Eslovaquia) otro ejemplo es el “ovni” (Most SNP, Most Slovenského národného povstania), puente cuya construcción significó el derrumbamiento de una parte importante del antiguo barrio judío de la capital eslovaca.
El edificio pretendía ser un museo mausoleo de homenaje a su padre, pretendiendo extender el delirio de la autarquía que hizo de Albania el país más pobre de Europa. En 1991 la Pirámide, que cambió su uso, y pasó a usarse como centro de conferencias y exposiciones, base de la OTAN -durante la Guerra de Kosovo-, una discoteca llamada La Momia, e incluso sede de un canal de televisión. Con los años, la dejadez de la administración, incapaz de hacer frente a la remodelación de un edificio de por sí nacido con un propósito que se quiere olvidar en Albania, ha provocado que la Pirámide caiga en un estado de abandono importante. Pese a la peligrosidad que supone, aún hoy es visitado e incluso “escalado” por numerosos curiosos y turistas que aprovechan a sacar fotografías. Una piel de graffitis da color a la Pirámide, y aunque se han presentado propuestas para demolerlo o darle otro uso, aún está pendiente su futuro.
Museo Komiteti-Kafe
El curioso Komiteti-Kafe Muzeum mezcla objetos como si se tratase de una tienda de antigüedades, un bar de moda y un pequeño museo. Exhibe objetos típicos albaneses; albaneses, equipos agrícolas tradicionales y lavabos, colgados en las paredes y el techo. Es un buen lugar para probar el alcohol nacional de Albania, conocido como raki, servido en el Komiteti-Kafe Muzeum en una variedad de sabores, desde la salvia hasta el arándano.
Museo de Historia Nacional de Albania
Imprescindible para conocer en profundidad el pasado de Albania, el Museo de Historia Nacional es un emblema de Tirana. No solo son interesantes sus exposiciones, si no que en su exterior el mosaico es una de las fotografiáis típicas de la capital. Se trata de un gigantesco mosaico social que muestra la fortaleza y salud de los trabajadores albaneses a lo largo de la Historia. Este tipo de mosaicos y paneles era común en las décadas del régimen comunista, idealizando el nacionalismo albanés. Contrasta por su colorido con el resto del edificio, cuyo estilo racionalista es mucho más sobrio.
Contemplar el mosaico, conocido como “los Albaneses”, desde el centro de la plaza de Skanderbeg viendo pasar a la gente es un deleite. Ya en el interior del Museo Nacional de Historia se aprecian objetos encontrados en yacimientos de Albania, como Apollonia o Butrint entre otros muchos. Los objetos van desde cerámicas neolíticas a esculturas del pasado griego y romano, piezas medievales de la época de Skanderbeg -como la réplica de su espada- , y de los siglos dentro del imperio otomano. La cronología centrada en el siglo XX hace especial hincapié en laa Declaración de Independencia, la constitución de la bandera nacional, el renacimiento albanés, la lucha antifascista o incluso la figura de la Madre Teresa. El periodo de de dictadura comunista se aborda en las salas denominadas Terror Comunista, que tratan sobre la privación de libertad desde 1945 a 1990. El museo fue inaugurado en 1981 y es el más grande de Albania.
Horario
El Museo Nacional de Historia abre de martes a sábado de 10 a.m. a 17 p.m., los domingos de 9 a.m. a 14 p.m., y está cerrado los lunes.
Galería Nacional de Arte
Al sur de la plaza Skanderbeg está la Galería Nacional de Arte que pone en valor las obras de artistas albaneses a lo largo de los siglos. En el exterior, algo escondidas están las estatuas de Lenin, Stalin y Hoxha, “salvadas” de ser destruidas tras la llegada de la democracia, pero que merecen conservarse para no olvidar. A unos pasos están también los restos del castillo, Kalaja e Tiranës.
Calle peatonal Murat Toptani
Sin alejarnos de la plaza Skanderbeg, la calle peatonal Murat Toptani es una de las más alegres y agradables para pasear. El nombre es un homenaje a uno de los firmantes de la Declaración de Independencia de Albania en 1912. Cerca están la mezquita y tumba de Kapllan Hysa, y el monumento al soldado desconocido (“Ushtari i Panjohur”).
Mercado de Markata E Peshkut
La estética moderna del mercado Markata E Peshkut puede no parecer significativa, pero el ambiente que se respira en este lugar es interesante para pulsar el ritmo cotidiano de los ciudadanos de Tirana.
Bulevar Deshmoret e Kombit
El bulevar de los Mártires de la Nación, diseñado por el arquitecto Gherardo Bosio, afín a Mussolini y autor del Palacio Presidencial o la sede del Primer Ministro, es la calle más importante de Tirana. En su día denominado Viale del Impero, conecta la plaza Skanderbeg y Madre Teresa, siguiendo la dirección norte a sur. Siguiendo por el hallamos en la ruta la Pirámide y el acceso al barrio de Blloku.
La Gran Mezquita – Namazgjah
La Gran Mezquita de Namazgja es un templo de nueva construcción que parece sacado de Turquía. Los cuatro minaretes de cincuenta metros de altura alzándose hacia el cielo de Tirana son impresionantes.
Puente de Tabak
Es uno e los puentes otomanos que cruzan el río Lana, y que conectan ambas márgenes de Tirana.
Barrio de Blloku
Al sur del río Lana, y no lejos de la Pirámide, está el barrio de Blloku. En uno de sus extremos un pedazo del Muro de Berlín, traído desde la capital alemana nos recuerda el pasado comunista de Tirana.
Reconvertido en zona de moda y marcha, en su día aquí estaba la residencia del primer ministro Enver Hoxha. Además de vivir el dictador, gran parte de sus afines miembros del Gobierno y del Partido del Trabajo de Albania tenían este barrio exclusivo ellos. Hoy el capitalismo que tanto demonizó avanza imparable, y restaurantes de moda como el Sky Bar de la Sky Tower han reconvertido Blloku.
Bunkers – Bunk’Art 1 y Bunk’Art 2
Es probable que hallamos oído hablar de la obsesión de Enver Hoxha por un ataque nuclear o una invasión de la URSS. En Tirana hay varios bunkers que se han reaprovechado como centros culturales y de exposición. Construidos en el máximo secretismo, la democracia consiguió rescatarlos de la memoria. El primero en aprovechar los gigantes de hormigón de la Guerra Fría fue el Bunk’Art 1, a las afueras de Tirana, cerca del funicular que asciende hacia los montes Datji. Sus casi 3000 metros cuadrados de espacio subterráneo en varios niveles estaba destinados a albergar a la élite política de Albania en la década de 1970 en caso de ataque. Una de las exposiciones fijas es la que habla de la historia de Albania desde la invasión italiana de 1939 hasta la caída del comunismo.

Tras la apertura del l Bunk’Art 1 hubo una segunda apertura, el Bunk’Art 2, en la plaza de Skanderbeg. Aunque mucho más pequeño, este búnker en el centro de Tirana es también interesante ya que aborda la historia de la policía política y sus víctimas bajo el régimen stalinista. Junto al bunker hay un trozo del muro de Berlín, que se trajo hasta Tirana para recordar su caída.
Catedral ortodoxa de la Resurrección de Cristo
La Catedral ortodoxa de la Resurrección de Cristo fue inaugurada en 2012, siendo la tercera catedral con la misma planta en los Balcanes . El campanario de 46 metros de altura y la inmensa cúpula se observan en toda plenitud desde el cercano parque Rina.

Mezquita Bektashi
La secta Bektashi del Islam tiene su sede en Tirana y su mezquita es un punto interesante si nos interesa conocer los diferentes espacios religiosos de Tirana y la tolerancia que hay actualmente hacia todas ellas.
Lago en el Grand Park
El Gran Parque (Parku i Madh Kodrat e Liqenit) de Tirana, al sur de la ciudad, permite escaparse del tráfico y pasear junto al extenso lago artificial, rodeado de pintorescas colinas. Camine por los senderos que rodean el lago o súbase a un barquito, visite el zoológico de la ciudad y el Palacio Presidencial de Albania.
Montañas Datji
En lo alto de Tirana el monte Datji se alza. Es muy habitual visitarlos con el teleférico Datji Ekxpres. Además de la experiencia de volar, podemos disfrutar de este pulmón verde con rutas de senderismo o bicicleta de montaña.

Otro punto fuerte son las preciosas ciudades de Gjirokaster y Berat, ejemplos de ciudades otomanas de los Balcanes.
Gjirokastra (a menudo la encontraremos con el nombre albanés de Gjirokastër) reposa en las faldas de las montañas de Mali i Gjerë (“La montaña ancha”), parte de la reserva natural de Rrezoma, con vistas espléndidas del valle de Drina.

La descripción de la ciudad natal del escritor Ismail Kadaré en su novela Crónica de la ciudad de piedra. Escamas de piedra forman la piel de este dragón durmiente que reposa inerte mirando a las montañas. Tejas de piedra sobre las casas, calles adoquinadas….que por su peculiaridad hicieron que el casco antiguo de Gjirokastër fuese declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2005, tres años antes de que Berat recibiera el mismo título.
La mayor parte de la población son albaneses musulmanes y ortodoxos, pero en Gjirokastër todavía hay una notable minoría griega, siendo considerada uno de los centros de la comunidad griega en Albania.
Habitada desde hace 2500 años, hoy son unas seiscientas casas de época otomana, las que atraen con su uniformidad al turismo. Para los albaneses, la ciudad también es sinónimo del ex dictador Enver Hoxha, quien nació aquí y veló por su cuidado y protección. Sin embargo el otrora hijo pródigo es hoy olvidado tras su férrea dictadura.
El topónimo deriva de la composición en latín de Argyrokastro (argyron y castrum), fortaleza o castillo de plata, además de encontrarse como Argyropolis, si bien hay una teoría que versa sobre la figura de una princesa legendaria, sobre la que autores como Kostas Krystallis e Ismail Kadare aludieron en sendas obras. El nombre actual es la derivación griega.
La arqueología ha permitido datar un asentamiento durante la Edad del Bronce, con el hallazgo de objetos de cerámica que datan de la Edad del Hierro, elaborados en un estilo que apareció por primera vez a finales de la Edad del Bronce en Pazhok, Condado de Elbasan, y está difundido por toda Albania.
La primera mención de escrita de Gjirokastër es de la Edad Media, nombrada con el nombre griego de Argyrocastron por el emperador bizantino Juan VI Cantacuceno en 1336. Las murallas de la ciudad datan del siglo III. Sus muros de piedra fueron construidos desde el siglo VI hasta el siglo XII. Durante este período, Gjirokastër se convirtió en un importante centro comercial. La ciudad era parte del Despotado de Epiro y durante el siglo XIV los bizantinos tuvieron enfrentamientos con tribus albaneses. Sin embargo en 1417 se convirtió en parte del Imperio Otomano, siendo renombrada como Ergiri. Los barrios de Gjirokastra en esa época estaban tanto en el interior del castillo – al igual que Berat- y en colinas en torno a la fortificación, habitados por las diferentes comunidades religiosas y étnicas.
Desde el siglo XVI hasta principios del siglo XIX, Gjirokastër pasó de ser una ciudad predominantemente cristiana a una de mayoría musulmana debido a que gran parte de la población urbana se convirtió al Islam. En 1811, Gjirokastër se convirtió en parte del Pashalik de Yanina, luego liderado por el albanés Ali Pasha de Ioannina, transformándose en un feudo semi autónomo en el suroeste de los Balcanes hasta su muerte en 1822. Durante el periodo de exaltación nacionalista albanés (1831–1912), la ciudad fue un centro importante de defensa de la independencia, cimentado en la figura medieval de Skanderbeg. En 1880 se celebró aquí la Asamblea de Gjirokastra de 1880, considerada uno de los momentos importantes del camino hacia la independencia albanesa.
La ciudad fue reclamada y tomada por Grecia durante la Primera Guerra de los Balcanes de 1912-1913, tras la retirada de los otomanos de la región. Sin embargo, fue otorgado a Albania bajo los términos del Tratado de Londres de 1913, lo que ocasionó protestas de parte de la población prohelena. Durante el estallido de la Primera Guerra Mundial los griegos capturón a Gjirokastër, junto con Saranda y Korçë, anexionando el sur de Albania a Grecia. La Conferencia de Paz de París de 1919 restableció el status quo anterior a la guerra, y la ciudad fue devuelta al control albanés. Gjirokastër, seguía siendo una ciudad multiétnica durante el periodo de entreguerras. Con el estallido de la segunda guerra mundial fue ocupada por Italia tras la invasión italiana de Albania. Después de la capitulación de Italia en septiembre de 1943, la ciudad fue tomada por las fuerzas alemanas y finalmente regresó al control albanés en 1944.
Durante la Segunda Guerra Mundial Gjirokastra estuvo bajo el punto de mira de las tropas griegas, italianas, británicas y alemanas, que con sus continuos arrebatos por controlarla hicieron que bailara sin rumbo de mano en mano. Los bombardeos sobre la ciudad causaron importantes daños en la Ciudad de Piedra.
El régimen comunista de la posguerra, liderado por Enver Hohxa impulsó la ciudad como un centro industrial y comercial, pero al ser la ciudad natal del dictador, se le otorgó el reconocimiento de ciudad museo.
La arquitectura otomana caracteriza el centro histórico de la ciudad. Gjirokastër, con menor afluencia de turistas que Berat, se presta a pasear por sus calles empedradas, visitar el castillo, las iglesias bizantinas como Saint Sotir, un pequeño templo ortodoxo, el antiguo bazar, la única mezquita -de las quince que llegaron a existir-, así como la monumental Casa Zekate, o la del dictador Hohxa que ahora sirve como museo etnográfico. La nueva ciudad se encuentra en el valle, por lo que los nuevos edificios de cemento de época comunista no “dañan” la vista del hermoso centro otomano.
CASAS TÍPICAS DE LA “CIUDAD DE LAS PIEDRAS”
Las casas típicas otomanas que caracterizan Gjirokastër se construyeron en su gran mayoría durante el siglo XVII y se las conoce como kule. Las fachadas blancas contrastan con los tejados de pizarra. Este estilo de casas torre es similar al de Berat o al la de la ciudad de Ohrid en la República de Macedonia del Norte. Formadas por varias plantas, la inferior se solía usar en invierno, al estar más protegida del frío, mientras que la superior se usaba en verano al ser más fresca, y con balcones y amplias ventanas. En el interior la decoración típica se compone de motivos florales pintados. Se cree que dicho diseño proviene de casas de campo fortificadas típicas del sur de Albania.
Otra propiedad de mercaderes y terratenientes, en Gjirokastër hoy las kule están catalogadas como patrimonio arquitectónico y se contabilizan alrededor de 600, muchas restauradas tras años de abandono.
CASTILLO
El castillo ( Kalaja e Gjirokastrës en albanés) está situado en la cima de la colina y es visible desde todos los puntos del casco antiguo. Se accede desde la zona baja de la ciudad a través de la Rruga e Kalasë o Calle del Castillo, un camino que va bordeando la colina, atravesado arcos.

Aunque solo quedan ruinas de lo que fue la fortificación medieval, ofrece las mejores vistas de la ciudad y las montañas. Es el segundo castillo más grande de toda la península de los Balcanes, con fases constructivas que comienzan ya en el siglo III d.C. y cuyas murallas robustas se alzan entre los siglos XIII y XIV. Dentro de la fortaleza el recorrido nos lleva entre hermosas torres de reloj, ….En el siglo XIX Ali Pasha Tepelene llevó a cabo varias reformas y ya en el XX el rey Zog I de Albania ultimó nuevas obras.
Los que llegan a Gjirokastër sin haber leído nada o poco de la ciudad, se sorprenden con el avión estadounidense expuesto dentro del castillo. Se comenta erróneamente que fue derribado y capturado en la II Guerra Mundial, pero en realidad es un aparato bastante más moderno y no tiene trazas de haberse estrellado. La versión oficial del gobierno comunista es que en 1961 aterrizó en Albania, posiblemente tras descubrirse que sobrevolaba el país llevando a cabo tareas de espionaje durante la Guerra Fría. En cualquier caso el avión de las Fuerzas Aéreas Americanas es objeto de fotografías, robándoselas muchas veces al precioso paisaje de casas de Gjirokastër y a las montañas Lunxhëeria al fondo.
El castillo es la sede del Museo de las Armas, un museo militar con armamento de diferentes épocas, entre ellos baterías de artillería alemanas.
La Ciudadela domina la ciudad y el valle. Está abierto a los visitantes y contiene un museo militar en recuerdo de la resistencia comunista ante los invasores alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Además de artillería capturada a los alemanes posee un avión de la Fuerza Aérea Americana capturado durante la Guerra Fría. La ciudadela se remonta al siglo XVIII y fue construida por órdenes de Gjin Bue Shpata, un líder tribal local. A lo largo del siglo XIX y XX sufrió varias adiciones, por parte de los gobiernos de Alí Pasha Tepelene y el rey Zog I de Albania. Actualmente posee cinco torres, una torre del reloj, una iglesia, fuentes, establos y más instalaciones. La parte norte del castillo fue convertida en cárcel por el gobierno del rey Zog y tuvo encerrados prisioneros políticos durante el régimen comunista.
Antes de ser un atractivo turístico de Gjirokastër, el castillo se uso como cárcel en el gobierno del rey Zog a principios del XX y albergó prisioneros políticos durante el régimen comunista.
Bajo el castillo aún se observa parte del acueducto construido por el gobernador Ali Pasha para proveer a la ciudad de agua. Sus diez kilómetros de extensión muestran la grandiosidad de esta infraestructura civil que fue casi totalmente destruido en 1932.
Bazar
El bazar de Gjirokastra –Pazari i Vjetër– hunde sus orígenes muchos siglos atrás, aunque se constituyó propiamente como tal en el siglo XVII promovido por Memi Pasha. En el XIX sufrió un incendio y la reconstrucción solo duró hasta 1997 cuando se produjo la revuelta popular ocasionada tras el colapso del sistema piramidal del gobierno. Actualmente tiene de nuevo vida, y es el sitio ideal para conocer las antiguas tradiciones de marroquinería, tejido de alfombras y carpintería, recorriendo sus calles empedradas o tomando un café en su vía principal Varohs que cruza el bazar.
La mezquita de Gjirokastër, construida en 1757 preside el bazar. Es la única que ha sobrevivido en la ciudad y permite el acceso a no musulmanes durante las horas en las que no hay oración.
Refugio antiaéreo
Junto al consulado de Grecia está la entrada al túnel o bunker de la guerra fría, excavado bajo la colina del castillo. La autarquía en la que vivió Albania durante su periodo comunista, llevó a que además de miles de bunkers, se construyeran refugios antiaéreos como este. Ante un posible ataque, los militares o la élite política podían refugiarse en este entramado de corredores subterráneos que podía dar cabida a un par de centenares de personas. Construido en secreto durante la década de 1960, tiene 80 habitaciones y los lugareños no supieron de su existencia hasta la década de 1990.
Museo etnográfico – Casa de Enver Hoxha
La antigua casa donde nació el dictador Enver Hoxha, acoge una colección de objetos te temática etnográfica en el barrio de Palorto. Sin alejarse del museo hay dos casas que destacan, Zekate y Skëndull. Zekate es una majestuosa casa de tres pisos con fachada de doble arco y torres gemelas. Fue construida hace 200 años (1811-1812) del gobernador un general Ali Pasha a su administrador Bequir Zekom y es posible visitarla por dentro. Skëndull es otro ejemplo de casa otomana abierta al público, original del siglo XVIII, aunque reformada en el XIX. Todavía hoy sigue siendo propiedad de la misma familia Zeko, heredada de generación en generación.
Casa de Ismael Kadare
El escritor albanés más famoso internacionalmente tiene aquí su hogar familiar que podemos visitar para conocer su obra.
Sin duda, el evento más importante de Gjirokastër es el Festival Nacional de Música Folclórica, que cada cinco años se celebra en el espacio del interior del castillo. Grupos musicales de Albania y de países balcánicos con población de etnia albanesa participan con bailes, canciones y otras manifestaciones folclóricas.
Nadie se ha molestado en contarlas, y es que Berat, la llamada “ciudad de las mil ventanas”, o también apodada “ciudad blanca”, aturde haciendo imposible que se cuenten las casas que se asientan sobre la ladera del monte.
Berat es uno de los lugares más bellos para visitar en Albania, Patrimonio de la Humanidad desde que en 2008 Unesco la incluyese en su listado. Los barrios antiguos del casco antiguo: Mangalemi, Gorica y Kala (castillo), son ejemplos perfectamente conservados de urbanismo y arquitectura otomana y bizantina.
Situada en el centro sur de Albania, el río Osum atraviesa la ciudad, asentada en el Valle Topallti. Berat ha sido habitada de forma continuada desde finales del siglo VI a. C. siendo uno de los pocos lugares de Europa que consiguió mantener el equilibrio de tolerancia entre diferentes comunidades religiosas y étnicas: cristianas, islámicas sunitas y bektashi. Quizá ese gran logro es el que permite presumir a Albania de un patrimonio y riqueza cultural plasmado aquí en la mezcla arquitectónica de sus edificios.
Los primeros testimonios arqueológicos evidencias la presencia de tribus de los chaonios, concretamente los Dassaretae. Los ilirios refundaron la ciudad de Antipatrea – una de las más antiguas de Albania -, aprovechando la estratégica posición de la montaña sobre el río. En el siglo dos a.C. la política expansionista de Roma, de la mano del legado Lucio Apustio, integró la ciudad bajo su control, no sin sofocar la resistencia con una política de sometimiento violenta, a ojos del cronista Tito Livio. Renombrada como Albanorum Oppidum (Fortaleza albanesa) siguió en mano de los romanos hasta la división del Imperio, cuando los bizantinos la controlaron ya con el nombre de Pulcheriopolis, o “ciudad de Pulheria”, hermana del emperador Teodosio. En este periodo se impulso su desarrollo económico y cultural, hasta que con las invasiones eslavas tomó el nombre de Belgrad, a la sazón Ciudad Blanca. Durante un par de siglos paso a manos de bizantinos, de nuevo a las del imperio búlgaro, e incluso tuvo presencia de la Casa de Anjou de Sicilia.
Uno de los manuscritos altomedievales más importantes de Europa son Los códices de Berat. El “Códice púrpura de Berat” (llamado Beratinus), contiene extractos de los Evangelios y es una de las variantes más antiguas utilizadas para el texto del Nuevo Testamento. Fue escrito en el siglo VI y fue uno de los cinco códices existentes en todo el mundo. El Codex Aureus representa el segundo códice más importante de Berat, es un manuscrito del siglo noveno. Los códices de Berat están inscritos en el Registro de la Lista del Patrimonio Mundial de Unesco.
Pese a la inestabilidad de esta zona fronteriza ambicionada por muchos, el periodo de mayor apogeo de Berat fue en la Edad Media, constituida como uno de las ciudades más prosperas de los Balcanes, capital del principado que estaba bajo el mando de la noble familia albanesa de Muzaka. En el interior del recinto amurallado del Castillo había hasta treinta iglesias, de las que hoy apenas se conservan una decena. En 1417 Berat pasó a estar bajo la ocupación otomana, pero continuó siendo una de las ciudades más grandes de Albania. En Berat la corriente Bektashi -una cofradía sufí que proviene originalmente de Turquía- tuvo gran importancia durante la ocupación otomana, siendo responsables de importantes monumentos religiosos y una mezquita del siglo XV. En el primer tercio del siglo XVI llegaron familias de comunidades judías expulsadas de los reinos católicos de Castilla y Aragón.
A finales del siglo XVI Berat sufrió un declive causado por los continuos cambios de control, pero en el siglo XVII se convirtió en un importante centro de artesanía especializado en tallado en madera. A partir de 1670, la ciudad se convirtió en una ciudad de mayoría musulmana llegando a ser en el XVIII, una de los núcleos albaneses más importantes durante el período otomano.
A finales del siglo XIX y principios del XX, los cristianos ortodoxos en Berat eran una importante comunidad que desempeñó un papel importante en el renacimiento nacional albanés. Los comerciantes cristianos en Berat apoyaron el movimiento albanés, y Berat se convirtió en una importante base de apoyo para la Liga de Prizren (hoy en Kosovo), la alianza nacionalista albanesa de finales del siglo XIX. El terremoto del 15 de octubre 1851 causó importantes daños en los edificios, pero la reconstrucción aportó homogeneidad al estilo otomano del barrio de Mangalem.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la ocupación italiana y alemana se cebó especialmente con los judíos, ocultos en los hogares y sótanos de familias de las comunidades musulmana y cristiana. Los partisanos albaneses contribuyeron a la derrota del Eje, y Berat, como el resto de Albania -ya nación independiente- entró en el largo periodo comunista.

Sorprendentemente, Berat sobrevivió a la Revolución Cultural de 1967, momento en el que Albania se proclamó la primera nación atea del mundo, prohibiendo las religiones, pero al menos conservando el vasto patrimonio religioso de la ciudad. A ello contribuyó sin duda que en 1948 el estado declarase el conjunto de Berat como ciudad museo.
Es también famosa por la característica música albanesa Tosk Polyphonic, un tipo de isopolifonía en la que tres o cuatro voces están acompañadas por un coro. Se escucha durante las celebraciones pero a veces también suena en bares y restaurantes de Berat.
De la fisonomía de Berat destacan las casas otomanas, cuya fotografía es el mejor embajador. Si embargo no son el único aliciente para visitarla, ya que las reminiscencias de los periodos bizantinos fusionados con lo otomano están por toda la ciudad. Los barrios de Mangalem y Gorica son ideales para dejarse perder, alternando con la visita al castillo en lo alto del peñasco, y visitando por supuesto el Museo Iconográfico Nacional Onufri. Iglesias y mezquitas se alternan a cada paso, escondiendo frescos e iconos bizantinos de gran factura en su interior.
Iglesias bizantinas
El conjunto de las iglesias bizantinas en el castillo de Berat es extraordinario. A los pies del castillo, se encuentra la Iglesia bizantina de Shën Mëhilli (San Miguel), mientras que en el interior del barrio del castillo encontramos la Iglesia del siglo XIII de Shën Maria e Vllahernës (Santa María Blachernae), la Iglesia de Shën Triadha (La Santísima Trinidad), la catedral monumental bizantina de Shën Maria (Santa María) y muchas otros templos. También puede visitar el Monasterio de Shën Spiridhoni (San Spyridon) en Gorica.
Mezquitas
En 1417, los otomanos ocuparon Berat y esta conquista dejó su huella con la construcción de monumentos islámicos como la Xhamia e Kuqe (Mezquita Roja) dentro del castillo, la Xhamia e Plumbit (1555), la Xhamia e Beqarëve ( Mezquita de Celibataires) (1872) en el barrio de Mangalem. También la Xhamia Mbret (Mezquita del Rey delsiglo XVI), y Halveti Tekke en el centro medieval.
Barrios de Mangalem y Gorica
El río Osum separa las orillas donde se encuentran los históricos barrios de Mangalem y Gorica. Desde el segundo se toman las fotos de Mangalem, cuyas casas abigarradas se orientan hacia el sur, al calor de la ladera de la montaña.
Mangalem
Lo que hace que Berat sea tan especial son sus casas tradicionales de fines del siglo XVIII y XIX. Como una cascada blanca descienden por la ladera de la colina sobre la que se encuentra el castillo de Berat del siglo XIII. Estas casas, que datan del XVIII y XIX, eran propiedades de mercaderes, desde cuyas ventanas podían controlar en todo momento la llegada de mercancías por el río. Generalmente constan de dos pisos con la planta baja de piedra, un piso superior pintado de blanco, y techos cubiertos con tejas de cerámica roja. Tienen grandes ventanas de madera que, debido a la inclinación de la colina y la construcción cercana de las casas, parecen estar apiladas una sobre la otra.
Mezquita del Rey
En el barrio Mangalem, la Mezquita del Rey, es el templo islámico más antiguo en Berat. Fue construido en el siglo XV por el sultán Bayazid II. La Mezquita de solteros, data del edificio en 1827.
Halveti Tekke
Cerca de la “mezquita del Rey” hallamos el Halveti Tekke (en albanés: Teqeja e Helvetive), un particular monumento construido en 1782 por el Ahmet Kurt Pasha, perteneciente a la orden sufí Khalwati. Se cree que el Halveti Tekke tiene su origen en el siglo XV, remodelado como decíamos a finales del XVIII. Está compuesto de la sala de oración con planta cuadrada, un pequeño ambiente para servicios religiosos y un elegante pórtico frente a la entrada a la sala de oración. En el lado este de la sala de oración está el mihrab. Las paredes interiores han sido decoradas con ocho frescos, que representan paisajes, viviendas, y edificios religiosos musulmanes. Las paredes debajo de los frescos están cubiertas por agujeros que mejoran la acústica en la sala de oración. El techo de la sala de oración es de madera, ornamentado con pinturas. Se percibe la influencia barroca, adaptada al arte islámico. El pórtico del tekke tiene cinco columnas de piedra que fueron tomadas de la antigua ciudad griega de Apolonia. La función de los Tekke era servir como lugar de reunión de los miembros de la hermandad sufí.
Cerca de la plaza Sheshi Teodor Muzaka, la catedral ortodoxa de San Dimiti y la mezquita compiten -o quizá flirtean- entre sí por ser las más bellas de Berat.
El puente Gorica, que conecta Mangalem y Gorica, se construyó originalmente de madera en 1780 y se reconstruyó con piedra en la década de 1920. El puente de siete arcos tiene 129 metros y según la leyenda local, el puente original contenía una mazmorra en la que una niña fue encarcelada hasta morir de de hambre para apaciguar a los espíritus responsables de la seguridad del puente.
Gorica
Es el único barrio de Berat que se encuentra en la margen derecha del río Osumi. Envuelto por casas se encuentra la iglesia ortodoxa San Teodori, construida a mediados del siglo XIX y decorada con frescos. Debajo de la colina de Gorica se encuentran las ruinas de otro pequeño castillo. El viajero derviche Evliya Çelebi menciona en su relato que a finales del siglo XVII estaba habitado por griegos y albaneses.
El puente de Velabishti
Siguiendo la orilla del barrio de Gorica se llega al Puente de Velabishti, construido por el fundador del Patriarcado de Berat, Ismail Velabishti en 1750. Desde aquí tenemos otra perspectiva de la roca del castillo.
Castillo de Berat – Barrio de Kala
Elevándose más allá de las laberínticas calles de Gorica, la colina donde se asienta el castillo, ofrece excelentes vistas de Berat como recompensa para aquellos que se animan con empinada subida. Un buen consejo para encontrar el camino de ascenso es encontrar el pequeño callejón al lado del Hotel Muzaka.
El castillo se ha mantenido fiel a su trazado original ilirio, que data del siglo IV a. C. Las excavaciones del subsuelo han permitido identificar las aportaciones de sus moradores a lo largo de la historia: ilirios, romanos, bizantinos y otomanos. Kala, el interior del castillo de Berat fue un barrio intramuros, que compone junto a Mangalem y Gorica, la triada de barrios históricos de la ciudad. Las inmensas proporciones del castillo se entienden cuando se piensa en la veintena de iglesias que hubo en su interior. La población de la fortaleza era cristiana, y tenía unas 20 iglesias (la mayoría construidas durante el siglo XIII) y solo una mezquita, para uso de la guarnición musulmana, (de la que solo sobreviven unas pocas ruinas y la base del minarete). La entrada principal, en el lado norte, está defendida por un patio fortificado y hay tres entradas más pequeñas. La fortaleza de Berat, aunque considerablemente deteriorada, sigue siendo una visita imprescindible de Berat.
La defensa natural de la colina, a casi doscientos metros de altura, y con un acantilado a pico en el sur, fuertes pendientes en el este y oeste y un acceso serpenteante por el norte, explican la gran resistencia que aportaba el castillo. En una de las entradas aún se observa la fecha de obras de fortificación acometidas por el déspota de Epiro, Michael Komnenos. Doukas, primo del emperador bizantino, en el año 1204, completadas definitivamente en el periodo 1813-1821 por el otomano Ali Pasha.
Hoy sigue siendo el tercer barrio histórico de Berat, donde viven familias y hay puestos para comprar souvenirs y restaurantes. El castillo permanece abierto las 24 horas del día, por lo que es un gran lugar para ver el amanecer o el atardecer. Entre las 9 a.m. y las 18 p.m. los visitantes deben pagar una entrada con precio muy moderado, pero fuera de estos horarios es gratis.
Museo etnográfico nacional
Berat es la sede del museo etnográfico nacional de Albania, abierto en 1979. La dilatada historia de la ciudad, su gran patrimonio artístico y cultural y su simbiosis de culturas, hacen merecedor el emplazamiento de este museo dedicado a las gentes y tradiciones albanesas. Se encuentra en una antigua casa de mercaderes, y permite contextualizar a través de diversidad de objetos cotidianos ,el resto de monumentos que se descubren en la visita a Berat.
Museo Iconográfico Nacional Onufri
El Museo de Onufri se centra en el trabajo iconográfico que llevó a cabo el pintor en el siglo XVI. Gran parte de las iglesias de Berat fueron decoradas por su escuela. Onufri fue pintor más importante del siglo XVI en Albania. No solo fue un maestro de las técnicas de frescos e íconos, sino que fue el primero en introducir un nuevo color en la pintura, el rojo brillante, que los franceses llamaron “Rojo de Onufri”. Además, Onufri introdujo un cierto realismo y un cierto grado de individualidad en la expresión facial. El estilo de pintura de Onufri fue heredado por su hijo, Nikolla (Nicholas), aunque no tan exitoso como su padre. En el museo de Onufri, en el interior de la catedral de Shën Mëria, se pueden encontrar obras de Onufri, su hijo, Nikolla y otros pintores. También hay una gran cantidad de iconos y algunos buenos ejemplos de trabajos de platería religiosa (vasijas sagradas, cubiertas de icono y portadas de libros del Evangelio.
Universidad Berat
Desde el ayuntamiento los pasos llevan de nuevo al río, donde está la Universidad de Berat, en el interior de un bello edificio con reminiscencias neoclásicas. A lo largo del Bulevardi Republika donde se ubica la universidad, los cafés se llenan de gente, tomando un un vaso de verë o un helado, y demostrando por qué tiene el título de la calle más animada de Berat.
Al atardecer podemos recorrer el Bulvardi Republica, la calle donde se concentran gran parte de bares y cafés de Berat, y aprovechar para hacer compra de artesanías.

¿Eres más de naturaleza? No puedes irte sin visitar los famosos Hayedos primarios de los Cárpatos, Patrimonio Natural del país.
Si eres más de empaparte de la cultura no puedes perderte el Patrimonio Cultural, unido al Natural, de la región del Lago de Ohrid, una experiencia para absolutamente todos los sentidos.
Hay otros que aún no son patrimonio, pero que están a la espera. Y es por eso que es mejor visitarlos antes de que sean totalmente conocidos. Hablamos de las tumbas de Basse Selca o el Castillo de Bashtova, dos iconos del país que, antres o después, tendrán su reconocimiento.
Naturaleza en Albania
La naturaleza es una de las poderosas razones por las que elegir Albania para un viaje de vacaciones. Sus interesantes paisajes parecen una gama de colores del arco iris, con tonalidades que representación a playas, cañones, cascadas, aguas termales, montañas y lagos.

Otros destinos como Eslovenia, Irlanda, Italia o Rumanía son más conocidos pero al mismo tiempo el turismo les ha expuesto a demasiada atención. Albania sigue siendo uno de los últimos países “no descubiertos de Europa” y el lugar perfecto para visitar paisajes naturales apenas tocados por los seres humanos.
Albania recibe a amantes de la Ornitología, el Camping , el turismo de observación de estrellas, fanáticos de la escalada, a espeleología, ciclismo de montaña, buceo, la pesca, parapente, Rafting, Kayak o vela.
El mejor momento para visitar los parques nacionales de Albania suele ser el verano. Aunque puede hacer bastante calor durante el día, esta es la época del año con más sol y menos precipitación. Si desea visitar algunas de las sorprendentes rutas de senderismo de Albania es mejor hacerlo por la mañana para evitar el calor y hacerlo con menor afluencia. Algunos de los parques de montaña como Theth y el valle de Valbonë son muy buenas opciones tanto en primavera como en otoño. La primavera y el deshielo conllevan la presencia de cascadas cargadas de agua, ríos salvajes y flores silvestres. El otoño, por otro lado es una explosión de color que atrae a fotógrafos de todo el mundo.
El litoral de Albania se divide en una franja bañada por el Mar Adriático y otra por el Mar Jónico. La costa tiene …km, con una gran concentración de playas al sur en la conocida como Riviera albanesa.
RIVIERA ALBANESA – PLAYAS
El lugar natural más pintoresco para ver en Albania es la hermosa Riviera albanesa. Cierto es que es la parte más famosa y concurrida del país, pero tiene muchos lugares secretos apenas tocados por el turismo. Esta área balnearia de playas comienza después del paso de montaña de Llogara y termina en Ksamil, una playa fabulosa cerca de la ciudad de Saranda. La Riviera no solo ofrece lugares para bañarse como Drymades, Borsh, Jale, Gjipe , ya que podemos combinarlo con la visita a aldeas como Dhermi, Qeparo o Vuno.

MONTAÑAS – ALPES ALBANESES
Aunque es un país bastante pequeño, Albania está atravesada por varias cadenas montañosas diferentes, como los Alpes albaneses, las montañas Pindus y las montañas Skanderbeg. Además, también encontrará lagos extraordinarios, ríos salvajes, humedales extensos y valles boscosos.
En Albania se encuentran algunos de los picos más altos de las montañas de los Balcanes. La cordillera de los Alpes se extiende hasta aquí con los denominados Alpes Albaneses, cuyos picos superan los dos mil metros. Las aldeas en valles pintorescos y el ambiente tradicional hacen de las montañas albanesas una visita obligada para todos los amantes de la naturaleza. Muchos montañeros, alpinistas y escaladores encuentran en Albania uno de los mejores destinos para el trekking.
LAGOS, CASCADAS Y RÍOS
No solo de aguas saladas vive Albania, los lagos son otros de los alicientes para deleitarse con el baño en aguas mansas y tranquilas. En el norte se comparte el lago de Skadar con Montenegro (el lago más grande del sur de Europa ), mientras que al este los lagos de Ohrid y Prespa marcan los límites con la vecina República de Macedonia del Norte. Tanto veraneantes como diferentes especies de aves acuden a los lagos, siendo una opción perfecta para combinar con las rutas de montaña del interior de Albania. La excursión del ferry en el lago Koman es una de las mejores actividades para disfrutar la naturaleza albanesa.
Albania es conocida por sus ricos recursos hídricos. Aquí encontrará hermosos ríos cristalinos que fluyen entre montañas impresionantes, otros de aguas azul turquesa como las del río Vjosa, o cascadas que en primavera hipnotizan, como la de Grunas. El contraste a las aguas frías del los manantiales conocidos como Ojo Azul, son las aguas Termales Banjat en la zona de Benjë Novoselë.
Blue Eye
Los “ojos azules” o Blue Eye en inglés son manantiales de donde brota el agua dulce. Aunque hay varios en Albania, el más famoso es que está cerca del pueblo de Theth. Es tan profundo y con una potencia de expulsión de chorro de agua, que nadie ha podido medir la profundidad exacta.

Parques Naturales
Algunos de esos parques nacionales de Albania son conocidos más allá de las fronteras del país, atrayendo a aventureros que han oído hablar de Llogara, Theth y Butrint ( Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). La red de parques nacionales de Albania está formada actualmente por quince áreas protegidas que albergan lagos, cascadas, montañas, lagunas y otros tesoros naturales.
1.Parque Nacional de Butrint
2. Parque Nacional Dajti
3. Parque Nacional Divjaka
4. Parque Nacional Gjocaj Grit
5. Parque Nacional de Drenova Fir
6. Parque Nacional de Llogara
7. Parque Nacional de Lura
8. Parque Nacional de hethi
9. Parque Nacional de Shebenik – Jabllica
10. Parque Nacional de Prespa
11. Parque Nacional de del paso de Shtama
12. Parque Nacional de The Fir of Hotova
13. Parque Nacional de las montañas de Tomori
14. Parque Nacional del valle de Valbona
15. Parque Nacional marítimo de Karaburun-Sazan
Castillos de Albania

Albania es un país lleno de historia, testigo de innumerables batallas y de la pugna entre serbios, búlgaros, venecianos, bizantinos, normandos y otomanos. Por esta razón en Albania puede estar seguro de encontrar castillos espectaculares, cuya cronología va desde la antigüedad hasta las fortalezas medievales.
Habitado desde tiempos prehistóricos, Albania puede ser uno de los países menos visitados de Europa, pero también alberga una miríada de sitios históricos fascinantes. Encontrarás muchas ruinas y tradiciones centenarias, así como numerosos castillos en Albania que te pueden llevar a los tiempos antiguos.
Las primeras construcciones fortificadas en las tierras albanesas se erigieron durante el Neolítico tardío en los años 2800-2700 a. C. En el período de bronce, pero especialmente en el período temprano del hierro, se generalizaron. Algunas fortalezas ilirias conocidas son las de Rozafa en Shkodra, el castillo de Berat, Lis, Bylis, Amanti, Butrint, Antigone, etc.
Luego, en los siglos IV-VI de la Nueva Era se erigieron castillos en las áreas bajas y estratégicas como el Castillo de Durres, el castillo de Gjirokastra, el castillo de Elbasan y más tarde el castillo de Kruja. Incluso en la Edad Media hasta el siglo XIX se construyeron y reconstruyeron muchas fortalezas que ya encuentran en muchas áreas de tierras albanesas. Estos castillos son un gran activo para la nación albanesa. Apuntan a su antigüedad en los Balcanes, al arte de la construcción y su centuria centenaria contra sus enemigos amenazados. Los castillos tienen un gran valor cultural y turístico.
Listado de castillos albaneses
Castillo de Krujë
Castillo de Gjirokastër
Castillo de Berat
Castillo de Rozafa (Shkodër)
Castillo de Ali Pasha (Butrint)
Castillo de Bashtovë (Vilë-Ballaj)
Castillo de Porto Palermo (Himarë)
Castillo de Rodoni (Cape of Rodon)
Castillo de Elbasan
Castillo de Tepelenë
Castillo de Lezhë
Castillo de Durrës
Castillo de Petrelë
Castillo de Prezë
Castillo de Lëkurësi (Sarandë)
Castillo de Libohovë
Castillo de Ishëm
Castillo de Delvinë
Castillo de Borsh
Castillo de Kaninë